14.6.07

Lenguas malditas (I): 'Está increíble'

"(...) Sin embargo, mi vida está hecha principalmente por las personas que encontré, las opciones que preferí y los hijos que hice. Los libros son parte importante de mi vida, pero recuerde, no son la vida.

La vida es ilusión. Ilusiones que, quien las pierda, hombre incierto será, como el de hoy, como el de ayer. Cuidado con eso, hay que evitar siempre perder las ilusiones."

( Fragmento de una entrevista de Daniel de la Fuente al escritor italiano Antonio Tabucchi. Recurso: http://www.avizora.com/publicaciones/reportajes_y_entrevistas/
textos_0002/0014_antonio_tabucchi.htm )


Tiene toda la razón el admirable autor de obras como Sostiene Pereira o Se está haciendo cada vez más tarde.

No es bueno perder la ilusión, pues será tanto como abandonar ese más allá --lo que hay en el futuro, no en la otra vida-- que los años le pueden deparar a uno.

Hablas según lo que piensas
Aunque a veces, por escuchar ciertas formas de ¿hablar? en el centro de México, no puedo dejar de tener cierto pesimismo... y de perder esa ilusión enana de que la gente hable medianamente bien.

Varios de mis profesores, y en alguna lectura que habré hecho hace tiempo, mencionaban con verdad que 'se habla según lo que se piensa', entendido esto como un acto de razonar de modo abstracto un pensamiento, usar el código que es el idioma, estructurar un poco el mensaje y luego externarlo por escrito u oralmente.

El uso repetitivo de un adjetivo como es la palabra 'increíble', acompañada del verbo 'está' me parece no sólo una moda, un signo involuntario o voluntario de actualidad o de pertenencia a un estrato social o zona geográfica de la ciudad de México.


Francamente lamentable
Me parece lamentable, vergonzoso, nada bueno ese uso.

Cada quien puede opinar lo que desee, está bien, pero en lo personal utilizar ese adjetivo casi en toda ocasión ante una cosa, una prenda de vestir, un accesorio, un electrodoméstico o un automóvil... me parece señal de una enorme pobreza verbal, de una deficiente capacidad para enriquecer el almacén de palabras que la gente puede tener, si desea expresarse con mayor riqueza y variedad.

Se sabe que la gente que usa más esa 'sobadísima' expresión lee muy poco (un libro y medio por año, en México... el dato es de memoria), y es incapaz de ampliar por propia voluntad su repertorio de frases y palabras.

De pena ajena
¿Pena ajena? Sí, eso es lo que me provoca un caso como el que cita el periodista José Ramón Huerta en la revista Costco Contacto (marzo 2007, p. 11): " (...) una increíble niña de 30 y tantos años dice: 'Está increíble, no sabes, que me lo pongo y se me veía increíble, pero una tipita malviajada que me barre y me dice: se ve increíble, pero los zapatos, nada qué ver, ¿eh? Pero yo sabía que la vieja cero gusto, ¿no? Whatever... oye, la boda y la cena están increíbles, ¿no? "

Y no es que uno desee que tooda la gente posea la enorme capacidad de adjetivación o de expresión oral y escrita de intelectuales (escritores, opinólogos, pintores, dramaturgos, científicos) o de autores de renombre. Sino que la gente sea única, sea más auténtica e individualizada para hablar o escribir, y que las expresiones de moda no sean una parte tan importante en su forma de ¿expresarse?

Consecuencias de lengua maldita (I)
* Carencia de un léxico amplio
* Limitaciones en su bagaje cultural, y no se diga literario
* Infame carácter de víctima de una moda delirantemente vana
* Retrato en blanco y negro de una pobreza mental casi sin remedio.

¿No hay por qué ser tan duro con la gente que habla así?
No veo razón plausible para festejar tantas limitaciones. Al contrario, cuando tuve ocasión de dar clases siempre traté de fomentar en los estudiante un moderado pero agradecible hábito por leer, y por allegarse de más expresiones que encontrasen en los textos que libremente desearan revisar.

¿Está increíble? Sí, es increíble tanta miseria neuronal y tal falta de recursos del habla: ¡a usar algunos adjetivos, por Dios!

"Padre, bueno, muy bueno, súper, a todo dar, excelente, a toda madre, padrísimo; sorprendente; bárbaro". Esas palabras sustiturían correctamente, creo yo, a tan manido terminajo.

Lenguas malditas (II): próximamente.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muy bueno... de lo mejor que haya leído en defensa del idioma español, y adaptado, hasta de cualquier otro idioma que sufra de modismos que nada aportan, excepto al ego de quien los usa.

No estoy en contra de esas curiosas formas de cultura que se generan en lugares como las fronteras, donde los idiomas distintos se ven obligados a convivir y hasta mutar. Eso es algo que incluso llama mi atención, pero, cuando es sólo por tonta moda y estúpida imagen para un sentido de pertenencia, resulta patético.

Siempre he creído que mejor una palabra antes, que dos o más después. También creo que triste es no conocer ampliamente nuestro idioma, y no tener un vocabulario en que nos sobren las palabras.

No es que las usemos todas a un momento, pero siempre tener la opción y combinarlas, es una muestra de buena cultura, y es una forma de educación usarlas correcta y brevemente.

Las palabras son seductoras y peligrosas, y son la mejor carta de presentación de uno mismo, por lo que es necesario usarlas con cuidado.

Ya lo dijo Napoleón Bonaparte: "Es asombroso que poder tienen las palabras sobre el hombre".

10:16 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

En alguna ocasión leí (es una pena que no recuerde la fuente exacta) que en México, más del 90% de la población no maneja un léxico superior a los 1500 términos.

Si el dato es correcto, no solo es patético sino hasta penoso (tal vez hasta de miedo) que tanta gente tenga deficiencias de expresión porque, simplemente no ponen de su parte para usar nuevas palabras. Pero, como siempre, culpan a otros de sus incapacidades, especialmente al gobierno (total, es lo más sencillo).

Muchas personas dirán que sí usan más de 1500 palabras, pero ¿conocen el real significado de todas? Palabras como Circunspecto, Prosapia, Subrepticio, Concupiscente, Contumaz, Agostado o Abyecto, son cuasidesconocidas para más del 90% de las personas, cuando, si leyeran por gusto y costumbre, serían parte de su vocabulario diario.

Por todo lo anterior, no encuentro una razón válida para no conocer el propio idioma. Pura pereza mental.

11:40 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home