4.4.07

Richards+cenizas=absurdo




(El ingenioso Dude. Fuente: carteles.metropoliglobal.com)

(El eterno, pirado, y increíblemente longevo guitarrista de los Stones. Fuente: www.altmanphoto.com)

Hace algunas semanas, los que creemos en Jesucristo recordamos aquella frase y reflexión de que nuestro cuerpo no dura para siempre (qué bueno), concentrada en las palabras: Cenizas a las cenizas, polvo somos y en polvo nos convertiremos.

Cada persona, ya se sabe, tiene total libertad de creer o no creer en lo que desee. En mi caso, espero que al final de mi vida haya algo más, no sé bien qué, pero sí sé que mi cuerpo se habrá transformado y dejado de ser lo que era, y deseablemente mi alma habitará otra esfera, en espíritu.

Además, cada cultura en la Tierra tiene, a su modo, un respeto muy particular por sus antepasados fallecidos: los honra con ofrendas, con objetos que le eran preciados al difunto, con cantos, con fotografías, estatuillas, utensilios, esencias y un largo etcétera.

Sin embargo, no puedo dejar de recordar un hecho perturbador: una cosa es que, en la excelente cinta -en la ficción- de los hermanos Coen El gran Lebowski (The Big Lebowski, EE UU, 1998), las cenizas del absurdamente muerto Donnie (Steve Buscemi) sean tontamente vertidas desde un risco hacia el mar, desde una lata de café Folgers, por W. Sobchak (John Goodman), para luego empolvarle la cara al Dude (el estupendo Jeff Bridges). Y otra, muy otra, es la idiotez cometida por el eterno y me-sorprende-que-siga-moviéndose guitarrista de los Rolling Stones, el inglés Keith Richards.


Richards, quien tendrá miles de aficionados por su asombrosa longevidad como guitarra y mancuerna del bocazas Mick Jagger (llegar a esa edad, delgado y con cabello, ¡guau! Mucho ejercicio, dieta e injertos capilares, ¡bueno!), tuvo a bien ser noticia apenas ayer. Sucede que, según escuché, tuvo la ocurrencia de mezclar cocaína con las cenizas de su padre, ¡para luego inhalarlas!

A mí en principio me provocó una enorme carcajada, por lo absurdo del hecho. Luego, digo: ¡no puede ser! Este inglés, devenido Pirata del Caribe en la entrega fílmica que se estrenará en el verano de 2007, hasta donde sé, es capaz de tales barbaridades, y ¡como si cualquier cosa!

Lo creo: la fama, el dinero, el poder, no dan mucho sentido común a quienes no lo ostentan demasiado con sus actos.